CAPÍTULO
35
RETRATOS
DE, YEATS
La
relación con Aarón caducó no mucho después de la última llamada de Rob. Y no.
Él, ya no me volvió a buscar, pero su existencia en mi pasado nos afectó mucho.
Aún así en diciembre y a pesar de todos los conflictos que habíamos estado
teniendo; Aarón, sorpresivamente, me pidió matrimonio.
Darme
cuenta de que no pude contestarle llena de euforia, “¡Sí!”, fue mi alarma
final. No podía seguir dependiendo de Aarón para sobrellevar un recuerdo que me
daba pánico. Y así, sabiendo ambos que lo quería, pero no lo suficiente;
terminamos nuestra relación para siempre.
Robert
y Kristen pasaron, en la realidad, las fiestas por separado y yo celebré la
Navidad del 2012 sola con mi familia también. Aarón me mandó un escueto mensaje
de felicitaciones que respondí inmediatamente, pero que quedó en el limbo por
su parte. No supe más de él hasta que regresé al trabajo en Enero.
Si
fue malo trabajar juntos bajo esas circunstancias, fue peor cuando para finales
del mismo mes, él renunció a la empresa en pos de un nuevo trabajo lo más lejos
posible de mí. Aquello, ¡sí que fue penoso!
Robert
partió para Australia a filmar su nueva película desde principios del 2013, y
aunque ya no estaba tan a la expectativa de su vida, seguí enterándome de ella
con mucha más facilidad que de la de Aarón.
Había
fotos de él, bronceado y luciendo extraño, tal como el personaje lo requería y
en las pocas imágenes que aparecieron de Rob en su vida privada, mientras que trabajaba
y vivía “Ahí Abajo”, como le llaman
al país los anglosajones; se le veía sonriendo feliz.
Un
par de meses después, también se supo por todos los medios de chismes de
farándula que él y Kristen habían roto finalmente, alegando que era difícil
llevar una relación a distancia. Por supuesto que muchas revistas amarillistas
como la OK y la US recurrieron a la historia del affaire de de Kris como el
verdadero motivo de la separación, e incluso arguyeron que había una chica
misteriosa en la vida de Pattinson desde mucho tiempo atrás. Yo no pude más que
reírme ante el rumor, al ser éste no tan falso, como sostenían los blogs
Robsten.
Moka
estaba feliz de verlo libre de lo que ella llamaba “una mala relación” y le
deseaba de corazón encontrase una chica que le ayudara a superar tanta tontería
y hacerlo completamente feliz. Cuando ella me decía esto, yo sólo podía sonreír
benevolentemente y con tristeza. Sí, ojalá que así fuera… Era una lástima que
esa mujer no fuese a ser yo.
En
mayo, se supo que la filmación de su segunda cooperación con Cronenberg, se atrasaría
un poco; lo cual afectó también el calendario de su otro proyecto a filmar en
locaciones en Irak, cuyo invierno era imposible para ambientar en la trama del
mismo. Aún así, y a marchas forzadas, los tres proyectos se lograron completar
a tiempo.
Nuevamente,
el internet se vio saturado de promociones y entrevistas, muchos medios tenían
ganas de derribar a Robert del pedestal en el que algunas de sus fans, las
histéricas y obsesionadas, lo habían subido. Deseaban demostrar que era un
ídolo con pies de barro y con ello vender miles de noticias y publicidad
malsana. Definitivamente fue un año difícil en su vida como figura pública.
Sentimentalmente
lo relacionaron con decenas de actrices y modelos, pero cada vez que lo
entrevistaban él simplemente se limitaba a decir que estaba soltero y que
aunque era halagador que lo consideraran tan galán como para tener varias
mujeres a la vez, eso no era posible, ni cierto. Su sentido del humor para
contestar a los reporteros permaneció inmutable y su risa se mantuvo siempre
contagiosa al reírse de los mismos disparates que él contestaba. Eso, fue una
gran arma que lo ayudó a sortear las malas intenciones de muchos mientras que sus
películas se probaban a sí mismas.
Sólo
uno reportero cercano a él, que le conocía de tiempo atrás y que le había
entrevistado en muchas y variadas ocasiones, le hizo la observación de notarlo más
maduro. Él rió inicialmente ante la afirmación, pero luego se tornó serio y
respondió, “…Eso espero… Sería
decepcionante que siguiera siendo un niño, atrapado en el verano del 2009… Es
decir, no quiero ser más un… bueno, creo que antes estaba deslumbrado por todo
lo que la fama me trajo, pero eso me costó muy caro…”.
Semejante
aseveración sólo causó más interés en saber a qué se refería, pero él sólo rió
evasivo y se limitó a decir que, “…a
veces conoces a personas que van a ser muy importantes en tu vida del modo más
inverosímil, pero por tonto, terminas decepcionándolas… Tú sabes, puede ser
hasta en un aeropuerto, tomando café de madrugada… Y luego, bueno, uno puede
perder el piso y tomar las decisiones erradas… Sí, bueno, me encantaría filmar
una comedia de humor negro, como la vida misma… Eso sería muy sano… conejos
disparándole a dragones…”. Y así, con semejante confesión de su parte, al
parecer incoherente y fuera de contexto; mi corazón se desbocó al saber de ella.
Moka
me dio una gran noticia a mediados de ése mismo año. Cerca de mi cumpleaños
número treinta y uno, me dijo que estaba embarazada. ¡Cómo me alegré por mi
amiga! Por supuesto que desde un principio me pidió que fuese la madrina del
bebé y le agradecí enormemente el quererme tanto como para hacerme parte de su
familia con ese gesto.
Seguí
soltera todo ese año; mi amiga se empecinó en empatarme con varios de los
amigos de su marido pero me negué rotundamente. Luego de dos fallidas
propuestas matrimoniales y una relación agotadora y malograda, lo único que
quería era vivir tranquila y no volver a subirme a ese tren hasta estar
completamente bien conmigo misma.
Seguro
para éste punto han de sentirse decepcionadas porque no busqué a Rob luego de
terminar con Aarón, pero si lo analizan fríamente, entenderán que sólo seguí
con mi vida. El que los dos estuviéramos solteros no quería decir que debía
saltar a buscarlo como loca, no. Simplemente era otra broma pesada del azar. Él
y yo vivíamos en mundos distintos cada
día y cada noche y eso era un enorme e interminable muro a centímetros de mi
nariz; así que no había camino por delante de él. Es más, la única vez que caí
en la tentación de contactarlo a través de aquél correo electrónico suyo de
años atrás, resultó ser un camino muerto al estar desactivada la cuenta. Así
que, aunque algo decepcionada, tuve que aceptarlo y dejarlo por la paz.
No
les conté, pero en el trabajo fui la comidilla luego de mi rompimiento con
Aarón. Para muchos éramos una pareja dorada y más de una se sintió rabiosa
conmigo luego de herirlo como lo hice. Por supuesto que se supo que yo no había
querido casarme con él y que era porque yo estaba enamorada de alguien más,
pero afortunadamente, nunca se escuchó el nombre de dicha persona. Así que todo
quedó en rumores y miradas tanto de pena, como de desdén. De verdad que no
intenté buscar el apoyo de nadie durante ese periodo, porque yo también me
consideraba una mala persona respecto a Aarón y callé ante cualquier pregunta o
rumor. A fin de cuentas, merecía bastante el enojo que me guardaban.
Fue
tan vasta la noticia de nuestro fracaso que inclusive un cliente extranjero de
Aarón, con el cuál Miriam del conmutador habló personalmente, se enteró y se
sintió apenado luego de intentar enviarle “a la nueva Mrs. Müller” un regalo de
bodas. Por supuesto que a pesar de la discreción de la secretaria del hombre,
Miriam no lo fue tanto. No tuvo problema alguno en hablar de más y mal de mí,
por mis infames acciones para con tan buena persona como lo era Aarón…
Y
si, hubo aún más llamadas que se sucedieron en ese mismo sentido a meses después
de habernos separado. Con lo cual comprendí que nunca había sabido cuanto
deseaba Aarón hacerme su esposa hasta que descubrí cuantas personas estaban enteradas
de su intención.
Qué
mal me sentí cada vez, cuando con mala voluntad, Miriam me lo contaba con
fingida mortificación cuando eso sucedía. Qué pena sufrí por herir así a mi
Aarón.
Con
eso, ya sabrán lo que tuve que soportar; pero no intenten consolarme ustedes
tampoco. Me equivoqué, fui egoísta y punto. Ese fue otro conocimiento que me
hizo perdonar más a Robert, después de todo, no éramos tan distintos en cuanto
a herir a terceros por falta de valor.
Mi
amiga Moka siempre estuvo ahí para mí. Apoyándome cuando el remordimiento me
atacaba y eventualmente claudicó en su afán de empatarme con alguien, al darse
cuenta de que eso no tenía caso y simplemente procuró levantarme el ánimo y
hacerme sonreír. Por eso mismo, me sentí fatal de no devolverle el favor cuando
se supo que Rob iba a estar de gira promocional por nuestro país por primera
vez en su carrera.
Ella
se puso eufórica de emoción y trató de convencerme para acompañarla a los
estudios de televisión donde lo iban a entrevistar para verlo, pero me negué
rotundamente alegando que era una locura intentarlo estando ella encinta.
Afortunadamente, Edmundo su marido, estuvo de mi lado y aunque ella se enojó
terriblemente con nosotros, finalmente tuvo que aceptar que sí era peligroso
para el bebé un tumulto de fans histéricas luchando por la atención del actor
británico.
Es
evidente para ustedes que mis motivos no eran altruistas, sino vergonzosamente
egoístas, ¿verdad? Además, ¿qué iba yo a decirle a Robert cuando me viera entre
el gentío? Por supuesto que su educación lo haría detenerse a saludar y quizá
hasta hacernos ingresar al edificio, pero ¿y luego? No… No iba a exponerme a
semejante humillación cuando se despidiera incómodamente de su “ex” y actual
acosadora. NO. Y ni hablar de las explicaciones que tendría que darle a Moka
del cómo le conocía yo y porqué nunca se lo había contado. ¡Uf! ¡Seguro me
mataba ese mismo día o de menos, se ponía mal de su embarazo por el disgusto!
No, no, no…
Lo
que sigue, no sé bien como narrarlo, porque es algo demasiado sorpresivo para
mí también. Pienso que de hecho, ya se han dado cuenta lo caótico que está mi redacción
en estos momentos, pero es que luego de nada, sucede todo y es difícil
asimilarlo. Así que voy a contarlo como salga, sin ediciones, y espero puedan
ustedes seguir el rumbo de mis palabras sin demasiado trabajo.
Era
noviembre, poco antes de mis vacaciones y prácticamente dos años después de
aquél nefasto tiempo en la finca de los Campbell, cuando un paquete llegó a mi
oficina. Mi compañera –sí, esta vez se trataba de una mujer- lo miró fisgona
cuando lo deposité en mi escritorio luego de firmarle al chico de la paquetería. Yo tampoco tenía
idea de lo que se trataba ya que no llevaba sellos de la Cambridge Press y me sorprendió que algo personal
llegase a la oficina en vez de a mi casa, pero aún así lo abrí ahí mismo.
Al
interior del embalaje, había otra caja sólo un poco más pequeña, la cual estaba
sellada con una leyenda que leía “Frágil” en grandes letras. Con cuidado
entonces, rasgué el sello y me topé con un envoltorio de esos de burbujas de
plástico alrededor de un objeto rectangular. Lo desenrollé y lo que encontré
fue un hermoso y gariboleado portarretratos entintado en color negro. Debajo de
la leyenda impresa en el fondo del mismo que rezaba, “Insertar foto aquí”, habían garabateado éstas palabras en inglés: “No quiero dejar
pasar más el tiempo y añorarte cuando sea demasiado tarde. Las memorias en mi
mente no son suficientes.”
Se
me cayeron las manos a los costados en shock. ¿Qué era esto? Mis ojos estaban sobre
abiertos y mi rostro era una enorme mueca de sorpresa. Por supuesto que supe de
inmediato de quién procedía, pero… ¿Por qué? ¿Cómo? ¿Qué significaba? Mi
corazón, que se había detenido mudo dentro de mi pecho, de repente empezó a
retumbar con la fuerza de una campana épica amenazando con arrasarme con su
clamor.
Los
ojos se me aguaron. ¿Cómo? ¿Acaso no habíamos vivido ya demasiado como para
saber que lo nuestro no iba a funcionar, jamás? Siempre terminábamos separados,
heridos. ¿Por qué quería él intentarlo de nuevo? Kristen hacía mucho que ya no
era parte de su vida y yo también estaba sola… ¿Atreverse? ¿Cómo?, me pregunté
de nuevo.
-¿Qué
es? -Inquirió Samantha casi tan extrañada como yo y con una gran sonrisa. – ¿Quién
te envía un portarretratos? –Y rió alegremente.-
-No…
No estoy segura… -Mentí, nerviosa.-
-Mmm…
¿No dice quién? Mira, hay un sobre también. ¿Por qué no lo abres? –dijo curiosa.-
Mordiéndome
el labio tratando de contener las lágrimas que esas palabras atemorizantes y
embargadoras me provocaban; decidí sacar
la carta mientras posaba mis ojos sobre Samantha, evaluando si podría hacerlo
frente a ella. Esta vez, mi famoso autocontrol perdió miserablemente la batalla
contra mi emoción, y con manos temblorosas tomé un abrecartas y rasgué el
sobre. Sam intentó asomar la nariz al contenido de la misma, pero
afortunadamente por ser más baja que yo más de una cabeza, pude controlar lo
que ella veía.
Dentro,
habían dos hojas dobladas a la mitad una sobre la otra. Tomé cada una entre mis
manos y las observé con cuidado. Su desgarbada letra me acarició con sólo
mirarla, y sólo después de eso, y de tratar de asimilar lo que estaba sintiendo;
me puse a leer lo que decía la primera. Era un poema que nunca antes había
leído y me tomó un poco de tiempo entenderlo, a pesar de ser tan evidente.
El
autor no era Robert, sino William Butler Yeats; uno de los grandes del siglo
XX, y a ese, sí que le conocía.
WHEN YOU ARE
OLD *
*La traducción está al final
del texto.
By William
Butler Yeats
When you are old and grey and full of sleep,
And nodding by the fire, take down this book,
And slowly read, and dream of the soft look
Your eyes had once, and of their shadows deep;
How many loved your moments of glad grace,
And loved your beauty with love false or true,
But one man loved the pilgrim soul in you,
And loved the sorrows of your changing face;
And bending down beside the glowing bars,
Murmur, a little sadly, how Love fled
And paced upon the mountains overhead
And hid his face amid a crowd of stars.
Lo
releí varias veces antes de querer seguir con la segunda hoja. Era un poco
complicado pensarlo en mi idioma y conferirle el poder que en su lengua
original tenía estando tan alterada. Finalmente, opté por seguir con su mensaje
y terminar de entender el porqué lo había elegido para enviármelo.
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Noviembre 2013
Nina,
Te pido una disculpa por adelantado por haber roto mi promesa una
vez más, pero; es que tengo que intentarlo.
Averigüé
hace un tiempo y por accidente que ya no estás con Aarón, y aunque intenté
dejarlo ir, pensando que quizá y eventualmente la inquietud que eso me causaba
pasaría, eso nunca sucedió. No quiero llegar a viejo y decirme estúpido cobarde
por añorar tu recuerdo cuando aún puedo hacer algo.
Estaré pronto
en tu país, la segunda semana de éste mismo mes, e iré en tu búsqueda. Fue complicado, pero Arturo accedió finalmente
a darme tu dirección. Por favor, no te molestes por mi atrevimiento al
pretender presentarme en tu casa, sólo quiero… No ser tu secreto nunca más.
Pero si
en verdad es demasiado tarde, por algo que yo no sepa, aún así me gustaría
oírlo de tu boca. En la parte de atrás de ésta hoja te dejo un número al que
puedes contactarme. De lo contario, estaré ahí, el viernes de esa semana, a las
seis de la tarde. Espérame, por favor.
Robert
P.D:
¡Ojalá y
el viento esté de mi parte ésta vez!
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¿¡CÓMO!?
¿¡QUÉ!?
El
estómago me dio un vuelco. ¿¡El viernes!? Me quedé en blanco y con el aliento
contenido. Estábamos en el jueves siete, de la segunda semana del mes, me
confirmó de un vistazo el calendario sobre mi escritorio. ¿¡Mañana!? ¡Dios!
¿Mañana?....
¿¡Arturo!?
¿Cómo que Arturo le había dado mí dirección? ¿De qué diablos estaba hablando?
Inmediatamente,
al visualizar a mi hermano, pensé en llamarlo. Él tenía que explicarme qué
estaba sucediendo.
-¡Oye!
¿Qué te sucede? ¿Por qué estás a punto de llorar Nin? ¿Está todo bien? ¿Quién
te envía eso? ¿Qué dice?
La
voz de Sam me volvió a mi lugar y pestañé varias veces para ubicarme en la
realidad. Sí, las lágrimas ya amenazaban con nublarme la vista y entre ahogos
la miré sin hacerlo.
-¿Nina…?
¿Te puedo ayudar en algo?
-Sam…
¿Te importaría dejarme a solas un
momento por favor? Tengo que hacer una llamada importante. ¿Sí?
-Por
supuesto Nin. Tomó su IPad
y salió de la oficina preocupada, pero sin indagar más, eso, lo intentaría más
tarde de seguro pero no me importó. Metí la carta y el portarretratos en la
caja y luego busqué mi IPhone en el bolso; pulsando sobre el nombre de Arturo
sin dudarlo apenas apareció.
Desgraciadamente,
el teléfono lo contestó su enfermera. Estaba en medio de una pequeña cirugía
–una biopsia-, y no podía atender. Así que tuve que dejarle recado pidiendo que
se comunicara lo más pronto posible con su hermana. Yo sabía que si de verdad
Robert lo había contactado, él se imaginaría de qué se trataba.
Luego
de cortar, miré el reloj de la carátula y bufé incrédula, ¡sólo eran las cinco
de la tarde!, aún faltaban dos horas para cerrar el día si es que todo salía bien
y no había más pendientes. ¡Dios! ¡Estaba tan nerviosa! Luego de estar tan
tiesa como alambre, me desplomé sobre mi silla restregándome las manos,
abriéndolas y cerrándolas varias veces también, tratando de hacer que la sangre
regresara a esas extremidades. ¿Cómo era qué esto iba a pasar? ¡¿En mí casa?!
¿¡En serio!? ¡Dios! Y me mordí los
nudillos, extremadamente nerviosa.
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¡Oh, Sí!
Chicas, ¿están aferradas a sus sillas y con una sonrisa
de incredulidad? ¡Espero haber logrado ese efecto en ustedes! Je je… Y sí, es un poco cursi, pero ya es casi el final, así que se vale, ¿no?
Abajo les dejo el poema en español, y aquí
la canción para éste capítulo del “soundtrack” que se está armando:
Here With Me” – de The Killers.
http://www.youtube.com/watch?v=3_hXDkKJ9Gc
El audio lo tuvo que modificar en su
velocidad quién lo subió, debido al copyright, pero está bastante decente y la
traducción es excelente.
Besos: Sissy
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CUANDO
ESTÉS VIEJA Y CANSADA*
Por W. B. Yeats
Cuando estés vieja y gris y soñolienta,
Y cabeceando junto al fuego tomes este libro,
Y lo leas despacio, añorando la mirada suave
Que tus ojos un día tuvieron, ahora con profundas sombras;
Y cabeceando junto al fuego tomes este libro,
Y lo leas despacio, añorando la mirada suave
Que tus ojos un día tuvieron, ahora con profundas sombras;
Cuántos adoraron tus momentos de alegre gracia,
Y amaron tu belleza con amor falso, o verdadero,
Pero un hombre amó el alma peregrina en ti,
Y amó las penas de tu rostro cambiante;
Y amaron tu belleza con amor falso, o verdadero,
Pero un hombre amó el alma peregrina en ti,
Y amó las penas de tu rostro cambiante;
E inclinándote junto al resplandor de los leños,
Murmures, un poco triste cómo huyó El Amor
Y como se fue lejos, sobre las montañas
Y escondió su rostro entre una multitud de estrellas.
Murmures, un poco triste cómo huyó El Amor
Y como se fue lejos, sobre las montañas
Y escondió su rostro entre una multitud de estrellas.
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*ANÁLISIS DEL POEMA “Cuando
seas vieja” : William Butler Yeats
El
Romance suele estar asociado a la juventud, como si la vehemencia y la
tenacidad de la pasión sólo pudiesen ser manifestadas a través de personajes
jóvenes. También es justo afirmar que no toda la poesía romántica transita por
estos carriles, y que en ocasiones, el vehículo que mejor expresa la ternura y
el amor está absolutamente alejado de las convenciones.
Hemos
elaborado esta subjetiva introducción sólo para presentar a un poeta que nada
tenía de convencional: William Butler Yeats.
Habrá
que decir que Yeats jamás pudo conquistar a la mujer que amaba, Maud Gonne,
quien lo rechazó en dos oportunidades de manera directa, y otras tantas
mediante esa abominable práctica, tan común en algunas mujeres: la
indiferencia.
No
podemos afirmarlo, pero nos gusta pensar que William Butler Yeats jamás dejó de
considerarla hermosa, ni siquiera cuando la imaginaba reposando de su
feminismo, despojada ya de todas aquellas virtudes que la hacían deseable, y
acaso irresistible para los hombres.
Hay
amores fugaces y arrebatadores, y amores tenaces y absolutos. Creemos que
nuestro poeta la amó de todas las formas posibles.
ESPERO LES HAYA GUSTADO….
CARIñOS: SISSY
Well, this is kinda of strange, cause you never answer back but, I'm getting used to your silence. Weird, isn't it?
ResponderBorrarAnyways... The fact is that you came really close, again. Even though you didn't nail everything. I keep getting the feeling that either you really know some deep stuff, or that you are playing a clever game. Will you tell me this time Sissy?
Oh! Yeats was a nice touch!
Silent Guy.