CAPÍTULO 33
UN DESVÍO EN EL CAMINO
Apenas
llegué a la oficina noté a un Aarón muy alterado que me miró con ojos asesinos.
Era imposible no darse cuenta que algo andaba mal. Muy mal.
-¡Por
Dios, Aarón! ¿Qué te pasa?
Guardó
silencio por un momento torciendo los labios al observarme y luego avanzó hacia
mí para de nuevo plantarse a un paso de
distancia y cruzar los brazos sobre el pecho antes de hablar.
-Te
llamó mientras no estabas.
Lo
miré sin entender.
-¿Qué?
¿Quién llamó? ¿Está todo bien? –En verdad me asusté por un momento al ver la
gravedad de su rostro.-
La
cara de Aarón era un muestrario de malas ideas sucediendo una tras de otra
mientras me miraba y reflexionaba sobre sus propios y privados pensamientos.
-“ÉL”
te llamó.
-¿Quién?
–Yo seguía sin entender.-
-¿Cómo
que quién? ¡El imbécil ése! Nina, ¿has estado en contacto con él a mis
espaldas?
-¿Cómo?
–Pestañé azorada al comenzar a entender el rumbo de sus cuestionamientos.-
¿Quién habló Aarón? –Pregunté autoritaria y llena de miedo a la vez.-
-Tu
Ex –Escupió Aarón rabioso.- Dime que no
me has mentido. Que no lo has contactado tú antes.
Me
acerqué a él preocupadísima. ¿Cómo era que Aarón dudaba? No. ¡No iba a perder a
Aarón por culpa de Robert!
-Te
juro que NUNCA lo he buscado. Créeme por favor. No sé cómo es que él se atrevió
a hacerlo…
Entonces,
mis pensamientos empezaron a correr por sí solos hacia un rumbo enervante… No.
¡Por Dios, no! No podía ser él tan estúpido. Estaba tan agitada que dije en voz
alta lo mismo que pensaba.
-NO.
-¿No
qué, Nina? –Coreó Aarón molesto.-
-Es
que esto no puede estar pasando. ¡Ya no! ¿Por qué demonios a mí? -Pregunté a la
nada, abrumada de malestar. Aarón notó mi alteración y contuvo su enojo
levemente.-
-Nina,
¿qué está pasando? El tipo ese dijo algo muy extraño y parece creer que tú vas
a entenderlo así sin más.
Lo
miré confundida, ¿a qué se refería? No… Seguramente Robert estaba diciendo
tontadas para poder localizarme. El muy imbécil. ¿Acaso el tipo estaba tan
desubicado que pensaba qué, porque había terminado con Kristen por lo de su muy
pública infidelidad, era una buena idea el buscarme? ¡Cabeza de rábano! ¡Humo! –Grité
en mi mente- ¡De verdad que tenía humo entre las orejas en vez de cerebro!
-Nina,
él dijo que sólo te buscaba porque se trataba de tú seguridad. Nina, ¿es un
cuento más o en qué mierda estás metida?
-¡¿Cómo?!
–Eso no lo esperaba. ¿Qué tontada de invención era esa? ¿”…Mi seguridad…”?- Aarón, ¿de qué estás hablando? No entiendo. ¿Qué
más dijo Robert?
Ignoré
su pregunta a propósito y él exhaló aire pesadamente antes de contestarme.
-El
imbécil amenazó con venir en persona si no contestas la próxima vez que te
llame.
Mis
ojos se abrieron enormes. ¡Por supuesto que lo haría! ¡Maldición, maldición,
maldición!
-¡Argh!
¡Maldito orate! –Gruñí al aire.- ¿Dijo cuándo va llamar?
El
enojo que Aarón expelía por los poros casi cerraba el espacio entre nosotros,
así de palpable era su indignación; y aún así, tuve que ignorar nuevamente sus
emociones para tratar de entender qué estaba sucediendo.
-¡Nina!
¿Qué quiere el tipo ese? Además, contéstame otra cosa, ¿por qué anda blofeando
con lo del nombrecito Robert Pattinson, eh? ¿De verdad se piensa ese pendejo
que me la voy a creer?
Respingué
y retrocedí en el mismo movimiento. ¿Se lo había dicho? ¿Por qué? ¡Santo cielo!
¡Aquello iba en serio! Estaba más loco de lo que creía. Me mordí el labio
mientras el estómago se me pegaba a la espalda de la impresión. ¡Dios!
-¿Nina?
–Dijo cauteloso, cambiando completamente su actitud. Mi atención se centró de
golpe en él de nuevo. La respiración de ambos era muy irregular pero por
distintos motivos.- ¿Es en serio? ¿Él…? ¿Es…? ¿”ÉL”?
Asentí
en silencio esperando su siguiente reacción. A Aarón pareció caerle encima de
repente un invisible fardo de cien kilos sobre los hombros que lo hizo
tambalear momentáneamente. Luego, en un gesto muy familiar, lo vi mesarse los rebeldes
cabellos con desesperación mientras me miraba con incredulidad.
-Nina…
¿Tú…? Y… ¿Pattinson…? ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Él es el tipo que te propuso ser su
amante secreta? ¡¿Él es el que te escribió por dos años?! ¡Pero si es un
mocoso! ¡Tú…! ¿Tú?
Éste
no era el momento ideal para que Aarón me ahogara en un mar de preguntas y
dudas. Él conocía de más mi historia con el pasado, pero supongo que el cuadrar
un rostro y un nombre con ella; o bueno, más bien; ése nombre, y ése rostro
fueron demasiado.
Lo
miré expectante, ¿cómo era posible que tanto tiempo después Robert siguiera
fastidiando mi vida? No podía perder a Aarón. No a él, no a mi única roca.
-Aarón…
-No
Nina, espera… -Me miró de arriba abajo con azoro. Yo opté por recargarme sobre
mi escritorio mientras que él hacía lo mismo, pero sobre su silla.- Yo… Nunca
te pregunté en realidad quién o cómo, pero… ¿De dónde lo conoces? ¿Cómo es que
nunca se ha sabido nada de todo?
-Porque
yo nunca he querido que se sepa nada Aarón. Y, por el motivo que haya sido, él
también respetó siempre ese silencio.
-¡Porque
no le conviene que se sepa que él también es un maldito traidor! –Escupió
despectivo.-
Yo
torcí el labio con su afirmación. Sí, quizá era por eso, pero yo no lo había
asimilado hasta ese momento.
-Puede
ser Aarón, pero como sea; he estado a salvo de la vorágine que acompaña su vida
gracias a ese mutismo. No entiendo porqué o para qué me busca ahora. –Mentí,
mentí y evadí su mirada al hacerlo. Creo que ambos teníamos la misma respuesta
a esa pregunta en el pensamiento pero yo no quise formularla para mi novio.-
-Nina…
-Se inclinó hacia adelante en consternada confidencia- Es por ti, por ella... Él
piensa que puede recuperarte ahora que es libre.
Lo
miré preocupada. No. No podía hacerle eso a Aarón, no iba a hacerle eso a
Aarón.
-Pues
si eso fuera, se puede ir con su pedantería y demencia a otro lado. Yo te tengo a ti y él lo tendrá
que entender.
Aarón
me miró dudoso. Él conocía el poder que Robert había ejercido, o aún ejercía,
en mí y mis palabras no fueron suficientes para calmarle.
-Eso
mismo le dije Nina, pero el muy estúpido insistió en tener que hablar contigo.
¿En verdad crees que se presentaría aquí?
-Sé
que lo haría Aarón. Está lo suficientemente desubicado como para llegar a eso.
Además, creo que todo lo que está viviendo lo debe tener al borde. No me
explico cómo, de otro modo…
-Pues
lárgalo de nuestra vida ¡ya! Has que lo entienda Nina.
-No
sé que más hacer Aarón. Le amenacé con ir a la prensa si volvía a molestarme,
pero mira lo que le importa.
-Nina…
-Aarón se incorporó de súbito.- ¿No piensas que tenga que ver son eso? ¿Con la
prensa?
Pestañé
confundida, ¡¿cómo?!
-¿Crees
tú que…?
La
sangre se me fue a los pies de golpe y trastabillé en mi apoyo. Aarón casi se
lanzó sobre mí al notar que me tambaleaba; pero logré aferrarme al borde de la
mesa y le miré con la cabeza dándome vueltas de mareo. ¡No! ¡Eso no! Mi novio se
contuvo de nuevo cruzando los brazos sobre el pecho y exhalando aire con
evidente irritación. En ese momento me percaté de que él estaba en riesgo
también.
Me
llevé la mano a la frente tratando de contener las imágenes que amenazaban con
desbordarse. ¡¿Habría alguien jugado mi propia carta y acaso se me iba a revertir
todo a modo de pesadilla?!
¡Oh
Dios! ¡No! Si así fuera, me quedaban pocas horas de anonimato por el resto de
la década y se me vendrían encima montañas de amenazas de muerte por parte de
mil fanáticas locas apenas llegara la historia a la prensa…
¡¿Fanáticas?!
¡¿Y Kristen?! ¡Oh, no…! ¡KRISTEN! “…No
hay peor furia que la de una mujer despechada…”, recordé con pánico el
refrán y temblé.
No
me di cuenta que estaba mirando en blanco a mi novio, quien empezaba también a
palidecer evidentemente en respuesta a mi involuntaria reacción.
-¿Cómo
pudiste guardar un secreto así de grande Nina?
Yo
me recargué con más fuerza sobre el escritorio, sintiéndome como chispa de
electricidad cargada y a punto de explotar si no me calmaba a tiempo a mí
misma.
-Porque
lo he encontrado demasiado complicado y peliagudo como para que se sepa. Hoy
por hoy sólo tú, yo y Ethan lo sabemos. Nadie más. O al menos eso creo…
-Nina…
Soy tú novio. Tienes que decirme todo respecto a él. ¿Acaso hay algo más? ¿Algo
que lo tenga así de preocupado como para afirmar que todo esto es por tú protección?
-No
Aarón. No. Por favor, compréndeme. Éste lío es demasiado grande y no quiero que
cargues con él también.
-Nina,
ya lo estoy haciendo. Desde el momento en que decidí tenerte en mi vida.
-Aarón…
Me
entristecí al pensar el cómo se iba a afectar a nuestra relación si todo se
sabía.
¿Acaso
estaba exagerando en mi temor? ¿Para qué me había buscado Robert?
Con
rudeza y exagerada fuerza, le puse freno a mi mente antes de que se desbocara
aún más. Debía esperar por su llamada. ¿Podría Aarón hacerlo también?
Ambos
nos quedamos callados, esperando, sumidos en meditaciones y ausentes de
nuestros cuerpos en el mientras tanto. Pero no hubo que aguardar demasiado. El
teléfono sonó en la silenciosa oficina y nos miramos al instante; cuestionando
el qué iba a pasar luego de esa llamada.
Lentamente,
tomé el auricular y contesté.
-¿Nina?
La
voz de Miriam preguntó eficientemente.
-Sí.
-Te
llama Douglas Pattinson, ¿te comentó Aarón al respecto?
-Sí
Miriam, sí lo hizo.
-Te
comunico entonces. ¿Okay?
-Por
favor Miriam y gracias.
Los
ruidos en la línea sonaron extrañamente molestos justo antes de oír su acento
británico.
-¿Nina? ¿Eres tú?
EL
oír su voz me descompuso un poco más, pero aún así, no tardé en contestarle.
-Sí
Robert.
Él
soltó un suspiro que sonó a alivio y yo miré a mi novio por encima del hombro.
Se veía enervado pero alerta, tratando de oír lo que pudiese de mi propio
auricular. Me di cuenta que no era buena idea escuchara mi conversación.
-Robert,
permíteme un segundo. –Mis ojos se clavaron en Aarón suplicantes.- Aarón,
¿podrías dejarme hablar a solas?
Aquél
respingó mientras se enderezaba en su silla.
-¡Por
ningún motivo Nina!
-En
verdad Aarón, necesito hablar en privado con él. Confía en mí amor.
Utilicé
esa última palabra a propósito para que ambos hombres la escucharan.
Afortunadamente, los dos respondieron a ella como esperaba. Aarón se levantó
con un gruñido por lo bajo y se acercó a mí para darme un sonoro beso en la
mejilla mientras decía audiblemente –“Está
bien, amor”- Y salía. Robert sólo volvió a exhalar aire pesadamente.
-¿”Amor”, eh? Entonces
es cierto que tú y él…
-Eso
no te incumbe Robert, pero sí, Aarón y yo estamos juntos desde hace tiempo.
Volví
a escuchar un incómodo suspiro por el teléfono y casi pude imaginarlo haciendo
una mueca extraña y revolviéndose el pelo con sus ojos verdes buscando algo inexistente
a su alrededor.
-Siempre a destiempo
contigo Nina.
Se
me retorció el estómago con la burrada que soltó. ¿Qué diablos se estaba
pensando el muy idiota?
-¿Qué
quieres Robert? ¿Por qué me estas molestando ahora?
-Es que yo…Hum… Debí, no
debí… Nina… Nina… ¿Sabes? ¿Lo sabes? Te enteraste, ¿verdad?
-¿De
qué estás hablando ahora?
-De Kristen, de esa…
Esa…
-“Esa…” ¿Tu media naranja, “corazón”?. –Atajé sarcástica.-
Noté
como se le cortaba la respiración un segundo pero no tardó en contestar a mi
comentario de un modo inesperado.
-“Corazón”, cómo me gustaría que dijeses eso en serio, pero
entiendo perfectamente a lo que te refieres Nina.
-Ya
basta de tontadas Robert. ¿Estás borracho de nuevo? ¿Acaso no sabes lo molesto
que es que me llames? Tengo una vida, mi vida y tú no eres parte de ella.
Entiéndelo.
-Nina… No estoy
borracho, quizá debería estarlo, pero estoy tratando de no hacer estupideces…
-Permíteme
informarte que estas fallando miserablemente, Robert.
-Nina… Lo sé. Sé que
siempre estoy cometiendo errores contigo, pero… Yo, tenía que hablarte. Ojalá y
aún fueses mi amiga. No tienes idea de cuánto necesito a una persona como tú en
estos momentos.
-Lo
que pasa en tu vida no es de mi incumbencia tampoco Robert. Si el karma se te
revirtió como boomerang, es tú problema.
-Pero yo no soy como
ella Nina. ¡No sabes nada! ¡No sabes ni la mitad de todo! –Dijo angustiado.-
¿A
qué se refería? No; no lo iba a indagar.
-No
me interesa saberlo Robert, ¿qué no lo entiendes? No me interesas.
Escuché
claramente como emitía un ruido de congoja y por un momento casi me sentí mal
por decir lo que estaba diciendo; pero nuevamente, estaba luchando por hacer lo
correcto. Por Aarón, por mí.
-Nina… Estoy tan
perdido… Todo es falso a mí alrededor, no sé ni en quién confiar. No puedo ni
si quiera alejarme de aquí. Todos esos malditos paparazis son una jauría
hambrienta y ansiosa por devorarme. Yo…
Reese me ha acogido en su rancho, pero acaba de tener un bebé… Es buena
persona, pero yo… No…
-Para
ahí Robert. –Lo atajé fríamente.- NO quiero saber nada. Nada. Si estas
hablándome para lloriquear porque ella te hizo lo mismo que tú, voy a colgarte.
¡Déjame en paz!
-¡Nina, no, espera! No
cuelgues… En verdad necesito decirte algo, es sólo que… Tengo tanto sobre de
mí… Que me ahoga… Me impone, me desvía… Sólo quiero que sepas algo, bueno,
algunas cosas…
-Si
vas a seguir con tus remordimientos y tontadas, mejor olvídalo. Efectivamente,
estas muy a destiempo.
-Nina… Debí haber sido
honesto desde un principio, debí… Si te hubiese dicho al menos la mitad de todo
lo que sentía… Pero me parecía tan
peligroso… He sido un estúpido por mucho tiempo. Tenías razón, sólo soy un
mocoso desubicado y no sé como volver a ponerme en pie.
-¡Basta!
¡Voy a colgarte y no vuelvas a contactarme en tu vida!
-¡No! Está bien, no diré
más… Pero, Kristen… Lo sabe… Lo de nosotros… Lo supo por mucho tiempo…
Aquella
frase heló mi furia. ¡Dios misericordioso!
-¿Cómo
dices?
-Sí, Nina… Ella… Sabía…
Leyó los últimos correos que nos enviamos. Ella, no tuvo ni que atar cabos.
Sabía que estaba contigo en la finca. Sabía que estaba enamorado de ti…
El
labio me tembló antes de hablar e interrumpirle de nuevo, azuzada por el
pánico.
-¡Dios!
¡Oh, Dios! ¿¡Es por eso que… se lió con Rupert!? ¿Por herirte? ¿Por venganza?
-No Nina… Bueno, no lo
sé… No creo que haya sido sólo por eso… Ella ya antes… Ella jura que me odió
mucho al saberme contigo y que por eso aceptó los galanteos del perro ese…
Pero…
¡Oh,
Dios! Encima de todo ahora yo era culpable del escándalo y de lo que se vendría
encima si Kristen hablaba. Me entró pavor hasta en el último hueso de mi cuerpo.
-¡Robert!
¡Yo! ¡Oh! ¿Qué va a hacer ella? ¿Va a contarlo? ¿Va a defenderse usándome a mí
de pretexto?
-¡NO! ¡No! Yo… Por
supuesto que le prohibí que lo hiciera Nina, éste escándalo no te va a tocar en
ninguna forma, pero temo que… Bueno, temo que en algún momento, ella pudiera
romper su promesa a pesar de todo.
-¡Pues
claro que puede hacerlo Robert! Ella no es la mala del cuento completamente.
-¿Se te olvida que el
tipo estaba casado? ¿Qué ella había intimado con la familia de él? Eso sólo lo
hace una zorra Nina. Además, hay otros…
-¡¿Qué?!
-Sí… No fue la primera
vez que me traicionaba. Creo que nunca nos tomó en serio, nunca fue fiel. Yo
era sólo su peón, mientras que ella jugaba con otros también. ¡No la entiendo!
¿Para qué hizo eso? Si no me quería lo suficiente, ¿para qué se aferró a la
relación? ¿Para qué se acostaba conmigo y me decía que me amaba? Iba por todos
lados fingiendo ser una chica sensata, reservada; pero es igual que el
vocabulario que tanto le gusta usar… Una vulgar.
-¡¿En
serio?! ¿Otros?
-¡Oh, sí, Nina! En cada filmación suya tuvo
su juguetito; cada vez que yo tenía que trabajar fuera también buscaba
calladamente con quién entretenerse… Y mientras tanto, la Summit vendía la idea
de nuestro romance tan descaradamente que hasta yo terminé por creérmela. No
pude ver sus sonrisas altaneras como lo que eran. Se sentía tan inteligente y
sagaz…, jugando con fuego… Creo que si no la hubiese descubierto ese paparazi,
ella nunca hubiera parado, pero… No sé…. Quizá eventualmente, sabiendo lo de
ti… Pero… Quizá fue por eso que hizo público el noviazgo en la revista. Me tomó
tan desprevenido que pensé que ella me adoraba y estaba notando el cómo yo me
alejaba por no poder olvidarte. Me sentí culpable. Pero lo que pasa es que, en
lo torcido de su mente, nadie podía alejarme de ella, ni tú. ¡Ay, Nina! ¡Ya no
sé nada…! Sólo sé que, aunque merezco el castigo por ser un ciego y tonto, el
precio a pagar ha sido muy alto.
Asimilar
todo lo que me decía era demasiado y estaba atontada. ¿Qué clase de loca era la
Kristen para jugar de ese modo? ¿Acaso nunca había madurado ni superado la
adolescencia? ¿Acaso era lo que Hollywood le había hecho a ella? ¿Cegarla de lo
que estaba bien y mal? ¿Y si era así? ¿Qué le aseguraba a Robert o a mí que no
se lanzaría por mi cabeza? Por supuesto que tenía un equipo de publicistas que
la estaban aconsejando y tratando de guiarla para salir lo más limpiamente de
todo el lío, pero era humana. Ella podría caer en la tentación de tratar de
expiarse contando la historia de que su “perfecto novio” tenía más de dos años
siéndole infiel con otra. De ese modo, millones de mujeres se sentirían
empáticas con ella y podrían perdonarla, ¡Incluso podrían hacer de ella la
víctima!
Aquello
era una bomba de tiempo. Si estallaba yo no estaría a salvo nunca jamás. Ni yo,
ni nadie de mis seres amados. ¡Qué pesadilla!
-¿Robert?
¿Cómo puedes creerle que no va a hablar? Debe estar desesperada.
-No lo hará Nina, no si
no quiere que se sepan todas sus otras indiscreciones. Ahora que salió lo de
Rupert; Tom, mi amigo, me ha confiado muchas cosas que sucedieron en el rodaje
de su película juntos. Créeme Nina, que Kristen no es una persona valiosa en lo
más mínimo, pero por lo mismo sabe lo que puede perder si aflora toda esa
podredumbre al aire. Su carrera estaría acabada.
-¿Y
qué va a evitar que se sepa?
-YO.
-¿A
qué te refieres?
-A que si yo me callo,
ella también lo hará Nina.
-¿Tú?
-Sí Nina, hicimos un
trato; ninguno va a hablar nada del otro. Aún tenemos trabajo por delante y
aunque odie estar parado a su lado, voy a hacerlo. Por ti.
Me
quedé muda. ¿En verdad había hecho eso? Pareció leer mi mente porque contestó a
la pregunta que no emití de inmediato.
-Sí, no quiero que nada
más te haga daño Nina. Yo ya te hice demasiado. No vas a vivir esto, no ésta
porquería de locura que es mi sucia existencia ahora...
¡Había
vendido su alma por mí! Había vendido todo, su respeto, su dignidad… En un
último en acto de decencia para conmigo. Y nuevamente me petrifiqué. ¿Cómo
tomar ese gesto? ¡Maldito ahogo que me estaba embargando! Sólo podía imaginarlo
al otro lado de la línea, pero deseaba tanto verlo de frente. Necesitaba mirar
en sus ojos; ellos no me podrían ocultar lo que estaba sintiendo. No cuando era
algo tan crucial.
-¿Nina?
Su
voz interrogaba muchas cosas con sólo decir mi nombre. ¿Qué podía yo contestar
de todas ellas?
No
tenía tiempo para cavilar y dejé escapar un suspiro humilde. ¡Qué vida tan
torcida! Habíamos tomado la puerta equivocada hacía mucho y a cada rato nos
veíamos forzados a imaginar qué hubiese sido de nosotros de haber abierto la
otra.
-Gracias…
Ahora
fue él quien calló; quizá meditando en lo mismo que yo. Pero era claro que
había demasiadas rocas apiladas sobre de esa salida y abrirla, ya no era
viable. Era muy tarde para ello. Demasiado daño, demasiadas mentiras,
demasiados desengaños…
-Sí… Yo… Nina… Cuídate
mucho, asegúrate de amar a Aarón por los motivos correctos.
-Él
es bueno conmigo Robert. Me quiere de verdad y cuida de mí…
-¿Lo quieres tú a él
Nina?
No
dudé en contestar.
-Sí.
-Supongo que ahora te he
vuelto a complicar la vida de nuevo, ¿verdad? Dile a Aarón que lo lamento y
dile… Bueno, dile lo que tú quieras, pero sólo si estás segura que podrá con
ello. Odiaría ser el idiota santo patrón de la historia si él fuese quien
vendiera nuestra historia a causa de los celos, Nina.
-No
lo hará Robert, sé quién es él, y no lo hará.
-Está bien…
¿Qué
más quedaba por decir? Nada se puede reconstruir de lo totalmente devastado y
eso era lo que ambos teníamos entre las manos. Había descubierto mucho de él de
nuevo con esa simple llamada y el corazón me dolía una vez más. Aquella
renuncia a lo que pudo ser, era la única forma en que los dos podíamos
sobrevivir a lo que habíamos construido a base de errores y malas decisiones,
presentes y pasadas. Al colgar ese teléfono estaríamos dando el punto final a
lo que alguna vez nunca fue y lastimaba profundamente…
-Nina. Quiero decirte
que… Para lo que sea válido… De verdad te quise. Sólo que nunca fuiste en
verdad para mí, no para en quién me convertí. Quizá para el otro, el chico de
Londres… Pero también renuncié a él a cambio de un ridículo vampiro masoquista
y todo el dinero que venía con él. Yo, lo lamento de verdad; pero… Al menos
quiero hacer lo correcto para contigo… Ojalá… Bueno… Ya… No puedo retroceder el
tiempo, y tú… Bueno, sé feliz Nina.
Tenía
mis ojos cerrados mientras lo escuchaba, viéndome a su lado y una vez más
despidiéndome de él. Las lágrimas amenazaban con salir luego de tanto entumecimiento
y sentía al despecho evaporarse lentamente de mi mente y corazón. Develando mis
ojos por fin.
-Voy
a hacerlo Rob, él se lo merece.
-Me gustaría mucho aún
ser él Nina… Pero es absurdo. Sé que es el peor momento para decir estas cosas;
sé que puedes estar imaginando que soy un idiota que no sabe estar solo y te
busca desesperado; pero… Mi tiempo pasó, ¿verdad Nina? Sería indigno de ti,
siquiera…
-Así
es, Robert.
-Está bien Nin… Creo que
no volveré a llamarte entonces, ¿verdad? Es decir, sólo lo haría si fuese
absolutamente necesario, por ti. ¿Lo entiendes, sí?
¡Su
voz! ¡Su voz era tan cansada! Translucía el desencanto y pena que le producía
mi respuesta, sin enmascaramiento alguno.
-Perdona… Parece que a
éste bastardo se le acabó la suerte, ¿verdad? –Y rió irónico sin esperar
respuesta.- ¡En fin! Me hundiré en ese barco lleno de santos en el mar.
¡Lo
recordaba! ¡De verdad recordaba nuestro primer encuentro y las tonterías que
nos dijimos aquella madrugada en el aeropuerto! Me quería de verdad, pero ya
era muy tarde. Me había hecho tanto daño que ya no me sería posible recibirlo
de nuevo; sabía que si estuviese con él, eventualmente empezaría a mirarlo con
desagrado recordando sus errores. Era muy posible que todo ese pasado acabase
por pesar mucho más que todo el esfuerzo que él hiciese por resarcirse. No…
Ahora, justo ahora, era imposible…Y lo lamenté con suma honestidad.
-Cuídate
mucho Rob. Espero puedas salir adelante de toda esta presión que estas
afrontando. Ten calma, controla tus
emociones y mantente lejos de todo. Plantéate todas la preguntas que es posible
te hagan cuando sea ya inevitable el enfrentarte a los medios y usa tu ingenio.
-¡Ja! Ese ingenio de
tontos que tengo yo… ¿Sabes? En una época hasta me burlaba de la gente, me
fascinaba soltarles cualquier burrada que se me venía a la cabeza y era yo
quién terminaba pasmado al ver cuánto me celebraban toda esa basura que salía
de mi boca.
-Calma,
podrás hacerlo. Tu mente es un torbellino, podrás absorber todo y soltarás sólo
lo que tú quieras.
-¿Eso piensas, en verdad
Nin?
-Sí.
-Gracias.
-No…
Gracias a ti. Por todo. En verdad, lo aprecio y entiendo todo lo que estas
poniendo por delante de mí, para protegerme.
-Sí Nina… Yo… Bueno,
creo que ya es tiempo de colgar. No quiero hacer más el ridículo contigo.
Aunque lo quisiese, no eres a quien debí colgarle mis problemas. Yo… Nina…
Cuidaré de ti también, siempre.
-Gracias.
-Nina…
-¿Sí?
-Te quiero… ¿Es una
lástima, verdad?
-¡Oh,
Robert…!
-Sí, lo sé… Una vez más…
Siempre a destiempo amor…
-Siempre...
Cuídate mucho, Rob.
-Lo intentaré Nin.
-Lo
harás bien.
-¡Hum! Espero ésta vez
no traicionar tu confianza en mí, cariño…
-Ya…
Déjalo en paz.
-Tienes razón…. ¿Sabes?
No quiero decir adiós, pero… ¿Te importaría mucho mentirme también si te digo
“hasta luego”?
Sonreí
con tristeza. ¿Qué más daba ya?
-Hasta
luego Robert.
-Hasta luego Nin.
Luego
de una pausa silenciosa, la llamada terminó por fin.
Yo
sabía que no podría controlarme antes de que Aarón me viera. Finalmente le
permití a la vieja Nina emerger y fundirse conmigo, uniendo nuestros hombros
para llorar la enorme pérdida de ambas.
-------------
¡Oh por Dios! ¡No! ¡No! Estoy impactada
por lo que acabo de escribir.
Sí, es verdad que en mi sueño
soñé la infidelidad de Kris…
Sí, es verdad que el final de
éste sueño es como lo estoy diciendo… Aunque no tan detalladamente como lo he
contado, pero…
Lo que nunca supe es que ellos
iban a “volver”.
Sólo el tiempo dirá si es
verdad o no; pero por mientras, ésta historia se está escribiendo sola a través
de mis manos. Y hoy he sentido que quizá, es que hay una Nina que está ansiosa
por salir del anonimato, y es ella quién me impulsa a teclear con tanta fluidez
como lo hice hoy.
Bueno, quizá también es que
simplemente soy, muy en el fondo, una cursi-apasionada.
Besos chicas. ¡Las quiero!
Sissy
---------
La canción para hoy, una muy vieja,
personal y privada… “Good Riddance (Time of your life)” de
Green Day. Subtitulada al español. Entre más la
desentierro, más quiero llorar recordando. Los finales felices nunca llegan con
facilidad, pero tampoco están negados.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario