CAPÍTULO
23
PROFUNDIDADES
Sin Título
________________
![](file:///C:%5CDOCUME%7E1%5CUsuario%5CCONFIG%7E1%5CTemp%5Cmsohtmlclip1%5C01%5Cclip_image001.gif)
Para Nina
___________________
Nina,
estoy aturdido. ¡No contestas mis mensajes, mis llamadas! No puedo creer que te
fuiste así. Tú no eres así. Necesito hablar contigo. Por favor, no tengo modo
de contactarte más que éste y tú celular, Arturo se niega completamente a darme
el número de tu casa. ¿Cómo es posible que nunca me diera el tiempo de
pedírtelo yo mismo? Creo que siempre confié en que nunca te iba a perder. Por favor,
me siento ridículo escribiéndote todo lo que en realidad te quiero decir. ¡Contesta
mis llamadas!
Ese
fue el primer correo.
Es
obvio que lo leí y releí cientos de veces, buscándole significados distintos a
cada frase y palabra escrita ahí. Iba y venía del pánico a la sorpresa y al
odio en saltos instantáneos. Casi rompí mi computadora portátil el montón de
veces que la cerré de golpe asustada de esa breve carta; o por el coraje que me
daba leerla. Sí, también lloré sobre ella y me lamenté horriblemente,
debatiéndome entre contestarle otros cientos de veces.
El
pavor me impidió hacerlo finalmente. ¡Enfrentarlo aún por ese medio electrónico
era durísimo! Yo no podía ser la Nina que le había amado en tan poco tiempo si
quería sobrevivir a su ausencia, a la verdad que me había planteado. Esa chica
debía desaparecer por mi bien. Desaparecer en el lecho que compartió brevemente
con él y morir ahí mismo.
¿Qué
quería de mí? ¿Acaso podría decirme algo nuevo? ¿Alguna mentira para tratar de
consolarme? ¡No! No podía dejarlo contactarme; finalmente Arturo había hecho
algo bien. Era mi absoluto derecho manejar mi vida y éste fracaso tan doloroso.
Estaba segura que si no le contestaba se daría por enterado que no quería saber
nada más de él. Los hombres no solían perseguir algo que en realidad no quieren.
Pero
me equivoqué, dos noches después, un nuevo mensaje gritaba desde mi correo le
pusiera atención….
¿No?
________________
![](file:///C:%5CDOCUME%7E1%5CUsuario%5CCONFIG%7E1%5CTemp%5Cmsohtmlclip1%5C01%5Cclip_image001.gif)
Para Nina
___________________
Nina, me
he marchado a Los Ángeles el domingo por la tarde, nuevamente pedí me
trasladaran por automóvil, esta vez no sólo necesitaba pasar desapercibido,
sino el tiempo para pensar. Me pasé el día esperando me contestaras, he querido
creer que simplemente no has abierto tu correo aún, pero casi estoy seguro que
sí, y que simplemente me estás dando la ley del hielo. No te culpo, lo que te
hice fue horrible, sé que te lastimé todo lo que le juré a tu hermano nunca te
haría y él de nuevo tuvo razón. Casi lo odio por saber bien todo lo que iba a
pasar.
Ayer
tuve ganas de sacarle a golpes la información que quería. Él llegó tan
tranquilo de su golf que me irritó hasta la piel. ¡Me molesta tanto haberme
enterado por Arturo que te estuve esperando casi dos horas en balde! No podía
creerle, ¡casi lo empujé para meterme a la casa gritando tu nombre para que
salieras a enfrentarme! Finalmente leí en todo él que me decía la verdad, que
no estabas más. Me desesperé de tal modo que ahí mismo te llamé por primera
vez. No contestaste. Arturo me dijo que existen dos horas de diferencia entre
nosotros, que allá era ya de noche y que quizá dormías para ese momento. ¿Dónde
estás ahora? ¿Estás con él? ¿Con Imanol? ¿Qué has hecho con él? Por favor, no
te quedes a su lado, eres más lista que eso, lo sé.
No sé
porque le hice caso a Arturo, aunque tuviera razón, aunque hubieses terminado
por odiarme al hallarte sola, al menos tú me hubieras dejado por ti misma al
darte cuenta de que soy un idiota.
Nina,
soy un asco, lo sé, perdóname.
Robert
Casi
no puedo describir mi reacción a ese mail, me estaba pidiendo tolerancia a su
estupidez, aceptando su dolosa acción. Sólo pude tomarlo como a un crío
desesperado y cerré la computadora. Al menos, eso fue todo lo que pude sentir
durante un rato. Acababa de regresar de mi cita final con Imanol y mi corazón y
mi ánimo estaban con él, lamentando no poder amarle y temblorosa por romper con
mi pasado definitivamente.
De
nuevo, me abstuve de contestarle. Esta vez intenté con todo mi ser contener mis
pensamientos y mis manos para no volver a mirar ese mensaje, pero me acosó,
agazapado en el fondo de mi mente en todos los instantes de mi día de trabajo y
mis ratos libres.
Sí,
lo releí muchas veces, y estuve de acuerdo con él. Era un asco.
Casi
una semana después, mi bandeja de entrada electrónica me daba toques iracundos
para que abriera el correo que estaba ahí de él, esperando por mí.
Dímelo
________________
![](file:///C:%5CDOCUME%7E1%5CUsuario%5CCONFIG%7E1%5CTemp%5Cmsohtmlclip1%5C01%5Cclip_image001.gif)
Para Nina
___________________
Nina,
sigues enojada, lo sé. ¿Cómo no estarlo? ¿Estás trabajando ya? ¿Qué ha pasado
con Imanol? Imagino tantas cosas que me dan mucha rabia. ¿Te has acostado con
él para borrarme? Me vuelvo loco de imaginarte con él. Sé que te ha de molestar
me atreva a preguntarte eso, pero no me importa. A fin de cuentas, no me
contestas nada. He intentado de nuevo tu celular varias veces y me das largas,
¡así que me da igual si te lo cuestiono!
He
hablado con Kristen varias veces ya, me pidió vaya a visitarla éste fin porque
descansará de su filmación. Es mi novia y tampoco puedo obviar el hecho de que
ella está ignorante de todo esto y no sé qué va a pasar cuando la vea. ¿Le
cuento? ¡Dímelo!
Me
siento muy inseguro. ¿Te molesta que esté con ella tanto como a mí me da asco
imaginarte con Imanol?
Nina…
Te extraño.
Robert
Grité
de rabia en mi oficina sin poder contenerme. Mi compañera se sobresaltó y dejó
caer los papeles que revisaba del susto. Tuve que disculparme y salir de ahí
rápido para irme a encerrar al baño. Ahí sí que dejé escapar todo mi enojo
dando alaridos y soltando palabrotas gigantescas. Pateé varias veces el muro
hasta que me lastimé el dedo del pié y me enojé aún más. ¡Maldito idiota!
¡Perro desgraciado!, “… ¡Es mi novia…!”,
¡Lo odié de verdad! No pude enfocarme en nada más de lo que me había escrito.
Ese mail sí que lo evité por varias semanas.
Al
ritmo de esos correos, la nueva Nina se iba formando. Cambiar, mantenerme lejos
de él sería mi salvación. ¡Al carajo si cogía con esa tipa! En mis
alucinaciones de cama me imaginé contestándole que estaba con Imanol, que lo
adoraba y que había decidido casarme con él. Estaba segura que los celos le
quemarían el sexo y no podría ni tocar a la Kristen por largo tiempo. Esa
imagen siempre me hacía reír de satisfacción perversa.
Dos
semanas después recibí otra carta.
La Edad de la Inocencia
________________
![](file:///C:%5CDOCUME%7E1%5CUsuario%5CCONFIG%7E1%5CTemp%5Cmsohtmlclip1%5C01%5Cclip_image001.gif)
Para Nina
___________________
Nina… No
me respondes, no sé si alguna vez lo harás a pesar de mi insistencia. Me siento
un poco ridículo escribiéndote sin contestación, pero también ya me voy
acostumbrando. Me estoy sintiendo como uno de esos personajes clásicos de Jane
Austin o Edith Wharton que no son villanos, ni santos, y que están perdidos en
su ignorancia voluntaria.
No son
épocas en que se estile ese tipo de cortejo. Ahora tenemos medios excesivamente
veloces para comunicarnos, pero creo que esto me está sentando. Yo soy medio
excéntrico a veces y encuentro ameno verme reflejado en esa época tan cuadrada
y reprimida. ¿Sabes? Se escribían con sumo cuidado de no faltar a todos los
protocolos e hipocresías de la época y aún así la Austin se las ingenió para
crear relaciones impresionantes. ¿A dónde va la nuestra? Aunque quieras
negarlo, aunque te hayas marchado, no puedes borrar nuestra amistad, o lo que
haya sido.
No te lo
conté antes, pero Arturo me acusó de pendejo y casi lo golpeo; al final tuvo
razón de nuevo… Yo le dije que era su culpa que me hubieras dejado, por
entrometerse, por meterme ideas en la cabeza sobre la decencia y lo correcto…
Me dio duro con poco esfuerzo… Porque me dijo bien claramente que YO había sido
quién no tuvo los cojones para mandarlo al carajo y amarte.
Estuve
con Kris, no pienso ocultártelo porque no te quiero mentir, ya no… Quiero que
sepas que no le dije nada de nosotros. Esa historia me pertenece sólo a mí.
Te
escribiré pronto, hasta que ya no quieras ser mí Nina y te atrevas a
exigírmelo.
Robert.
No
tuviste el valor… Ése fue el problema. La historia sería tan distinta ahora…
Aunque hubiera terminado eventualmente, aunque me hubieses herido luego… Al
menos hubiéramos estado juntos y lo hubiésemos decidido juntos. ¡Te detesto,
idiota! –le dije al correo con enorme tristeza.- “…Tú
Nina…”, ¿Y estas con Kristen?, ¿me tienes como un secreto? Eres un idiota…
¡Pudimos haber tenido todo! Ahora los dos estamos hundidos en dolores secretos y
quieres que lo acepte… ¡No…! ¡Jugaste conmigo, con mi corazón! ¡Ojalá Arturo te
hubiera golpeado!
Estaba
clavada en mi silla, dolida, llena de pesar y de cicatrices internas horrendas.
Podía imaginarlo con Kris, en cama, besándose, tocándose, amándose y sentía
ríos de alaridos fluir por mi interior… que no llegaban a mi boca. ¿Hipocresía
y silencios? Te sienta bien, estúpido.
Sabía
por las páginas de Internet que las filmaciones de Eclipse habían iniciado esa
semana y que ellos estaban juntos ya día y noche; ¡y me dolía, me dolía mucho!
Trabajar era mi única terapia ocupacional y me entregué por completo a ello;
aún así cuando el tiempo libre me empezó a asfixiar y mis amigas no eran
suficientes, opté por inscribirme en un
gimnasio y matarme ahí para llegar a casa muerta por las noches.
En
lo que duró la filmación recibí cinco correos más. Todos con el mismo tono,
pero a la vez, sentía su voz más como dirigiéndose a un diario personal que a
mí. Me habló de lo difícil que le fue reintegrarse a Edward al inicio, ya que
las primeras escenas que grabaron fueron las amorosas, incluyendo las del prado
y las de la famosa cama dorada…
“… No
tienes idea lo raro que me sentía por dentro, las líneas del guión se me
trababan y las inventaba. Ahí me tenías, pidiéndole matrimonio a Kris/Bella y a
veces me saltaba tu risa a la cabeza, burlándote de tanta cursilería como lo
hicimos al ensayar juntos y arruinaba todo…”
No
pude evitar reírme al imaginarlo, pero a la vez me entristecía. ¿Cómo no
hacerlo?
“… Estoy
actuando mucho, tengo que fingir que soy Edward y adoro a Bella y también finjo
con Kris que no pasa nada entre nosotros. Creo que esa parte me está saliendo
mal, escuché a David, el director, que urgía termináramos con esas escenas
primero por si algo malo pasaba entre Kristen y yo. Imagino se refería a si rompíamos. Quizá se
nota demasiado que te extraño. Kris piensa que todo tiene que ver con nuestro
pleito mientras ella estuvo filmando, pero no es tonta…”
Elevé
una ceja sorprendida, ¿y si ella lo descubría? ¿Qué haría yo si ellos
terminaran por causa de nuestro affaire? Me dio miedo pensar en futuros felices
mientras me mordía las uñas. ¡No! No te ilusiones boba; si ella es lista, no lo
dejará ir tan fácilmente…
“… Nina,
el trabajo va lento para mí. Todos tienen que aprenderse las coreografías de
pelea y entrenan constantemente, mientras que yo tengo tiempo libre. Me les uní
una que otra vez al ejercicio, pero tú sabes bien que no soy muy bueno para
ello. Los pies se me cruzan al correr y termino haciendo gracias en el piso. En
realidad no creo tengas idea cuánto me esforcé aquellos días por salir a correr
contigo, porque no quería que me vieras como un saco de papas flojo…”
Sonreí
al recordarlo sudoroso corriendo a mi lado, para que al terminar con tanto esfuerzo,
se pescara de un cigarrillo y una bebida con cafeína desesperado… Y.. ¡Oh!,
Algo que empezaron a tener en común los correos, fue que de una u otra forma
terminaban cuestionándome si algún día lo iba a contactar.
“… Kristen
me pregunta que a quién escribo tantos correos, ha habido veces que llega a mi
tráiler y me pesca tecleando. Le dije que es algo así como un record de mis
pensamientos y he llegado a sentir que en realidad así es porque sigues sin
contestarme. ¿Vas a hacerlo alguna vez?...”
Para
finales de octubre me asignaron por segundo año consecutivo coordinara un
seminario dirigido docentes por parte de la compañía que manejaba los títulos
de de la Universidad de Cambridge. Conocía muy bien a la ponente principal al
haber asistido a sus cursos desde mi época de estudiante y me las había
ingeniado para que me recordara a través de mis participaciones en los
talleres. Yo admiraba mucho a Cathy Lombardt y me alegraba de volverla a ver.
No tenía idea lo crucial que ella sería en el rumbo de mi vida.
Los
tres días de jornadas fueron un éxito y aunque estresada cerré el evento
satisfecha y mientras llevaba a Cathy a cenar y luego a su hotel platicamos
sobre ella y su recién nacido nieto y lo mucho que lo quería. En el restaurante
me tuvo la confianza de contarme que pensaba retirarse de tanto viaje ese año y
tomar una posición de escritorio que le permitiera estar cerca de su marido,
quien se había jubilado hacía un par de años; aquello era cada vez más molesto al
mirar lo que dejaba atrás en casa.
No
sé porqué, pero algo me motivó a decirle que a mí me gustaría mucho tener un
trabajo como el de ella, porque me parecía muy interesante y me atreví a
preguntarle si sabía de alguna oportunidad para mí ahí. Cathy se mostró
sorprendida, pero de hecho pareció gustarle la idea ya que me pidió le enviase
mi currículum y me dijo que “vería que podía hacer”. Luego de despedirme y
dejarla descansando me hallé en el auto aferrada al volante espantada por lo
que había hecho. ¿Y si funcionaba? ¿Dejaría pasar semejante oportunidad?
Sin
platicárselo a nadie, armé mi currículo y lo pasé a su correo. Tardé un día
para contarlo en casa sin saber que esperar al respecto pero mi padre fue un
gran apoyo, él me conocía bien y sabía que algo andaba mal conmigo y simplemente
me contestó que si era una buena oportunidad, la tomara.
Quince
días después recibí la noticia de que tenía una entrevista para trabajar con
ellos. Me preparé nerviosa para ella e intenté venderme como una buena
adquisición para la compañía y supongo lo hice bien, porque recibí una
interesante propuesta de trabajo una semana después, con una oferta que
caducaba en tres días. Siguiendo el consejo de mi padre, dije adiós a mi
trabajo en la universidad y me enrolé en mi nuevo empleo.
Eclipse
había terminado de filmarse ya y hubo una pausa de sus correos, lo cual me
entristeció, pero intenté no frenara mi vida. Quizá finalmente se había cansado
de intentarlo. La pena hizo que quisiera cambiar mi apariencia externa con
desesperación, corte mi largo pelo y me aclaré el color. Me sentí a gusto con
el cambio y Moka como siempre fue de mucho apoyo diciéndome cosas como ésta:
-Amiga,
“los caballeros las prefieren rubias”. Hay que divertirse y ya deja de sufrir
por Ima. Seguro en tu nuevo empleo vas a conocer a alguien interesante.
No
conocí a nadie, o al menos no me fijé en nadie. Estaba decidida a destacar en
la firma y luchar por subir. La crisis económica estaba extendiéndose a todos
los países y los despidos eran noticia de todos los días por todos lados. Los
nuevos éramos los más propicios para desaparecer, así como los que no cedieran
a las exigencias laborales. Yo me maté para evitar me pusieran en la mira.
A
finales de diciembre abrí mi correo y encontré una carta suya que me hizo
temblar. Era breve, pero estaba ahí. Aún me recordaba.
Invierno
________________
![](file:///C:%5CDOCUME%7E1%5CUsuario%5CCONFIG%7E1%5CTemp%5Cmsohtmlclip1%5C01%5Cclip_image001.gif)
Para Nina
___________________
Nina,
disculpa si no te he enviado nada en un tiempo; me he sentido como un tonto
escribiéndote sin respuesta y aunque supongo lo merezco no por eso deja de molestarme. Pero no quería dejar pasar las
fiestas sin que supieras que aún te recuerdo y que espero estés bien. Estoy en
Londres con mi familia, vine a pasar las celebraciones con ellos. Kristen quizá
venga para año nuevo. ¿Con quién vas a estar tú esas noches? ¿Estará Imanol
contigo y tu familia? ¿Rompiste con él? Sé que no tengo derecho, pero cuando
era tu amigo, de verdad no lo quería a tu lado, él no era bueno para ti. ¡Cómo
deseo que lo hayas sacado de tu vida!
¡En fin!
Lo que quería decir es que espero estés bien y que tengas bonitas fiestas.
Ojalá que el año nuevo me traiga noticias tuyas.
Robert
Lloré
esa navidad, mucho.
Para
febrero del 2010 sucedió que el hueco dejado por Cathy y en el que habían
puesto a Rebecca OCorck se vio descubierto al quedar ésta embarazada de nuevo y
optar por quedarse en casa al tener el apoyo financiero del estupendo trabajo
de su marido en la petrolera. De la nada me plantearon tomar esa
responsabilidad. Era joven, sabía relacionarme con las personas y no había nada
que me atara a casa, podía viajar tanto como fuera necesario. Cuando lo
consideraron adecuado, me mandaron a capacitar al mismo Londres por dos meses.
¡Aquello
fue excitante! La ciudad era impresionante por sí misma, tan distinta a todo lo
que había conocido antes; los mismos Estados Unidos no tenían nada en común con
ella. Adaptarme al variante clima fue lo más difícil, para mí ese frío y
humedad constante no eran amenos, pero al empezar a relacionarme con los
compañeros aprendí algunos trucos y logré seguir adelante. Claro, la gente y
sus manierismos eran diametralmente opuestos a mi cálido país, pero no todo
mundo era así; eso sólo pasa en los clichés. Ahí tuve mi primera aventura.
Estar
tan sola en otro país me daba mucho tiempo para releer los correos de Robert, y
cada noche que lo hacía, se convertía en eterna y agotadora recordando
demasiadas cosas que quería ignorar con todo mi traidor cuerpo. Eran ya más de
seis meses de sequía de nuevo…
Viviendo
así, un nuevo mensaje de Rob me impulsó a liarme con Ethan sin remordimiento
alguno. Él era un tío que daba consultorías en la misma empresa que yo y que
había conocido en una cafetería cerca de mi trabajo. También había conversado
amenamente y hasta compartido los alimentos con él, ya que al parecer le
gustaba, y mucho. Siempre me tenía la oferta de invitarme a salir de noche,
pero nunca la tomaba; yo sabía bien como podrían terminar la cita y no tenía
ganas de ello. Una tarde, tras el trabajo, estaba yo tomándome un café donde
siempre y revisaba mi correo cuando finalmente decidí abrir uno que había
ignorado todo el día. Ese, fue el culpable de mi conducta posterior.
Circo
________________
![](file:///C:%5CDOCUME%7E1%5CUsuario%5CCONFIG%7E1%5CTemp%5Cmsohtmlclip1%5C01%5Cclip_image001.gif)
Para Nina
___________________
Nina,
voy a filmar una película muy interesante con actores de peso, no sé si los
conozcas, pero ambos han ganado el Oscar ya, yo soy el “desconocido” y haré del
galán. La novela de la que la adaptaron es muy buena, se llama “Water for Elephants” y la estrella es en realidad
una elefanta, los demás giramos alrededor de su vida en el circo.
Voy a estar
en locaciones y lejos de Kris. Ella tiene sus proyectos también. Las cosas se
han calmado, ha dejado de intentar meterse a mi correo para leer mis cartas. Me
alegro, porque ha facilitado mucho tener una cierta normalidad con ella. ¿Sabes
algo? La amo y amo su modo de ser, pero es tan distinto a ti… Sé que puedo
molestarte con lo que digo, pero ¿para qué tratar de mentir? No estás a mi lado
y ella sí.
Anoche,
soñé contigo, bueno; fue más bien un recuerdo. Esa cama estrecha me quema la
mente y la entrepierna demasiadas veces…
Aún con Kristen a mi costado, sé que eso está mal. Muy mal. ¿Has pensado así en
mí? ¿Te acuerdas de ello cuando estás con Imanol? Ojalá que sí, porque no puedo
creer que me hayas superado. Llámame presuntuoso u odioso, pero sé que no
puedes haberme olvidado tan fácil. Yo tampoco a ti. ¡Ya está! ¡Lo dije! ¡Haz lo
que quieras con eso! Sigo añorando tocarte y hacerte mía…
¡Maldición!
¡Contesta! ¿Cómo van a cambiar las cosas si eres más cobarde que yo? ¿Tiene
caso seguir con esto? ¿Por qué no puedo dejarte atrás?
¡Responde!
¡Dime que me odias y que pare de acosarte!
¡Maldito
Whiskey! Siempre que lo tomo me causa problemas. ¡Salud por ti!, donde quiera
que estés.
Robert
Ni
si quiera pude cerrar el mail cuando mi cuerpo ya se estremecía con calor en
ese frío de marzo, impactada por sus palabras. Estaba ebrio cuando lo escribió,
era evidente, porque era más crudo que los otros y lleno de incongruencias. Me
deseaba, pero le hacía el amor a ella… Me imaginé con él, teniendo sexo de
aquél modo tan magnífico en que lo hacíamos y temblé bajo el abrigo y bufanda.
Las ondulantes imágenes me abstrajeron del lugar por completo hasta que una
familiar voz me saludó.
-¡Hola
preciosa! ¿Pensabas en mí?
Pestañé
asustada por un segundo y brinqué un poco también, ruborizada por completo. A mi
visitante pareció encantarle mi reacción creyendo que en verdad había atinado
en su afirmación y sonrió traviesamente. Su rostro alargado brilló con su
sonrisa.
-¡Ethan!
Hola.
-¿Te
acompaño? – Y sin esperar mi respuesta jaló la silla de enfrente y se acomodó
en la mesa. Yo cerré la computadora antes de que el curioso se asomara a ella,
la entrepierna húmeda demasiado pronto.-
-Claro…
Ya casi terminé mi café, disculpa. – Le miré nerviosa y tratando de
recomponerme.
-No
puedo entender esa manía tuya de beber café en vez de té por la tarde. Eso no
es correcto, pero bueno, puede ser cosa interesante a la larga… -me giñó un ojo
coqueto y yo reí, seguirle la broma me había resultado ameno ya que nunca le
daba el pie para pasar a la acción verdaderamente y a él parecía encantarle el
juego del gato y el ratón que jugaba conmigo.-
-Yo
vengo de clima caliente, el té, me resulta “corto”.
-Hum…
existen tés muy buenos, mezclas interesantes, pero tienes que comprobarlo por
ti misma. Y, no son para nada “cortos”… -rió maliciosamente por encima de su
taza de cartón y lo acompañé sin amilanarme ante el subtexto de nuestra
verdadera charla.-
-El
té perdió su vigencia hace más de cien años afuera de Inglaterra, querido. Dudo
que me pueda sorprender.
-¡Claro
que puede hacerlo! Si le das oportunidad... –su pelo negro brillaba hermoso de
llovizna ligera-.
Yo
reí fuertemente, ¡era un descarado!... Estaba caliente y confundida por lo que
había leído apenas unos minutos antes. Ansiosa, si me explico.
-Bueno,
Nina, preciosa… Ya… Y a todo esto… ¿Cuándo vas a aceptar salir conmigo?
-¿Qué
te parece hoy? –y lo miré retadora desde mi lado.
Él
se enderezó hipsofacto, incrédulo ante mi respuesta.
-¡Por
supuesto! ¿A dónde quieres ir? – Su voz se cargó de ronquera-.
-Por
un trago primero… Luego, a tu departamento, el mío es muy pequeño y mi roommate
muy desordenada… ¿Qué opinas?
Me
tomó de la mano por encima de la mesa. Su tacto era tan cálido como el mío.
-Opino,
que te va a encantar tomar el té… Muy seguido.
Sonreí
de modo felino. Estaba hecho. ¡Buenas noches Robert! Hazle el amor a tu
Kristen, yo tengo a mi Ethan… Y a juzgar por sus palabras, puede ser que sea
por cuánto tiempo yo quiera.
Londres
fue menos frío mientras jugué con Ethan, ambos sabíamos bien que eso sólo duraría
el tiempo que yo estuviera ahí y a los dos nos parecía bien. Separarnos no fue
difícil, simplemente dejé a un amigo que, efectivamente tenía un “té” muy
interesante.
Aún
así, de vuelta en casa y enrolada en mi rutina agotadora, siempre me pregunté
por qué el imbécil de Robert nunca me había mandado el correo con las palabras
correctas para detener toda esta locura. Deseaba tanto leer un -“hace un tiempo
que terminé con Kristen, ojalá algún día me aceptes de vuelta”-. Pero ese
mensaje nunca llegó, sólo más de sus parloteos egocentristas.
----------------------
¡Ya! Ahí
está la explicación del porqué Nin no contacta a Robert. Eso de que se traiga
las sábanas tibias con él, es denigrante y Nina, ¡es muy dura para ello!
¿Les ha
gustado el desarrollo de la trama? ¡A mí sí! Éste era el meollo desde un
principio y por el cual luché mucho con Coka. No hay finales felices
inmediatos. No en mi mente. Platíquenme qué sintieron cuando lo leyeron, ¡por
favor! A mí me encanta leerlas a ustedes también.
Cariños:
Sissy
No hay comentarios.:
Publicar un comentario