Nadie sabe como es
Ser el hombre malo
Ser el hombre triste
Detrás de unos ojos azules
Y nadie sabe
Cómo es ser odiado
Estar destinado, a decir sólo mentiras.
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Ser el hombre malo
Ser el hombre triste
Detrás de unos ojos azules
Y nadie sabe
Cómo es ser odiado
Estar destinado, a decir sólo mentiras.
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Pero mis sueños no están vacíos
Como mi consciencia parece estarlo
Tengo horas, solamente solo
Mi amor es venganza
Que nunca es libre.
Como mi consciencia parece estarlo
Tengo horas, solamente solo
Mi amor es venganza
Que nunca es libre.
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Nadie sabe cómo es
Sentir éstos sentimientos...
Nadie sabe cómo es
Sentir éstos sentimientos...
BEHIND BLUE EYES
Ver. Original de "The Who"
Cover por "Limp Bizkit"
Sábado,
día de aseo. La pesada cubeta de ropa sucia y detergentes se vaciaba de a poco
en las tres rondas que tuvo por delante a lo largo de la mañana. Elise realizó
luego una limpieza a profundidad de su departamento; entre semana parecía que
nunca había suficiente tiempo para ello y a veces el lugar no era apto para
visitas, pero ése día estaba determinada a dejarlo impecable.
Mientras
se dedicaba a todo ello se atrapó varias veces recordando a Edward. Esos ojos
tan pálidos la absorbían y dejaban completamente aturdida por ratos. ¡Eran tan
profundos en su claridad! A ratos los visualizaba como transparentes lagunas
increíblemente profundas, en donde era casi magnético el deseo de lanzarse y
hundirse en ellos. Seguramente sería muy fácil ahogarse en su liquidez y morir
con una sonrisa en los labios sabiendo que nunca más saldría de ahí…
¿¡Pero
qué rayos estaba diciendo!? Y sacudió su cabeza, atónita por la tontería que
acababa de elaborar. ¡Por Dios! ¡Qué boba! ¿Cómo era posible que estuviera
perdiendo la cabeza de ese modo? Era un completo desconocido… Y aún así, todo
su cuerpo palpitaba nervioso por volver a verlo.
Detuvo
por completo toda su actividad, ¿y si se dedicaba a intentar topárselo, por
casualidad, toda la tarde? Quizá por la noche, en el Rêve…Y soltó una risa
traviesa… -Elise, no tienes compromiso con nadie, ¿quién podría reprocharte la
ocurrencia? - Se dijo a sí misma volviendo a sonreír. Bastó sólo ese
cuestionamiento para coincidir que era una estupenda idea y retomar el aseo,
mientras planeaba qué ponerse para lucir fabulosa sin delatarse.
Entrada
la tarde, Elise dejaba su sedán en el tercer nivel del estacionamiento del
hotel donde trabajaba, como le habían indicado al entrar. Luego de comprar un
café y ajustar la selección de música en su reproductor, se lanzó en la pesquisa
del hombre con los ojos que la perturbaban, sin éxito. Había sido como buscar
una aguja en un pajar… -¿Por qué rayos imaginé que sería tan simple? ¡Como si
él también estuviese deseado volver a verme! ¡Tonta!-, se dijo a sí misma. Más
tarde, cenó algo donde algunos amigos y un poco después de las diez de la noche
junto con ellos y algo desmotivada, se dirigió a su último recurso; el Rêve.
En
skinny jeans, modernos botines y una camiseta con la imagen de una banda de
rock inglesa bajo la chaqueta oscura lucía muy llamativa mientras andaba con el
grupo por las calles de la zona turística. Aunque reía de las bromas y la amena
conversación con sus amigos decidió que estaría con ellos un rato solamente; la
verdad era que seguía sintiéndose notablemente cansada y si Edward no aparecía,
se marcharía temprano. Se alegró de haber traído su auto, no tenía ganas de
beber de más y tener que pagar por un muy caro taxi al salir del bar para
llegar hasta su lejano domicilio…
Nuevamente
Elise, fue completamente inconsciente de estar siendo vigilada.
En
cuanto el sol se había ocultado, él había sucumbido a la tentación de averiguar
su paradero. La esencia que había absorbido y memorizado la noche anterior no
estaba tan disuelta para cuando se acercó a la vivienda, y no le fue tan
difícil seguirla a través de la ciudad a paso veloz.
Incluso
con su atención bien puesta sobre de ella, prefería mantenerse lejos. No había
decidido aún si era buena idea llegar a conocer mejor a la chica. Aunque, en
realidad, no debería importarle hacer esa elección.
Suspiró
por pura costumbre, más que por necesidad, al contemplar las posibilidades que
aquello implicaba. Hacía mucho que nada quebrantaba su autocontrol y comenzaba
a arrepentirse de estar ahí, pero al mismo tiempo no dejaba de preguntarse por
qué había llegado a esa ciudad. Mientras avanzaba tras ella, contempló los
hechos de lo experimentado el día anterior. El breve lapso que había compartido
con Elise había sido extraño, tanto por lo cómodo que en realidad sí se había
sentido junto a ella, como por los perturbadores recuerdos que lo habían arremetido
a través de su compañía.
¡Vaya!
¡Al parecer, el pasado amenazaba con revivir, y eso era absurdo además de
inadecuado! Pensó con irritado desconcierto mientras seguía su marcha. Él,
mejor que nadie, sabía que lo muerto no regresaba para buscarte… Repentinamente,
sonrió con sarcasmo. -Bueno, siempre existen las excepciones que deambulan por
ahí…- Y riendo por lo bajo, retomó el rastro en el aire, mezclándose con otros
aromas.
La
chica Elise se notaba pálida bajo el rubor provocado por la caminata. -¿Acaso
no habría dormido bien…?- Se cuestionó preocupado al mirarla. -¡Oh! ¡¿Qué
diablos te importa?!- Se replicó con molestia; y aumentó la distancia respecto
a ella a propósito.
-Estas
siendo un imbécil, -se dijo a sí mismo- harías mejor en no saber más de la
chica; eso no es necesario… Además…
–Bajó la translúcida mirada y enfocó algo en su mente que amenazaba con volver
a sobrepasar la neblina con que la cubría voluntariamente y se retorció,
nervioso.
Él
monstruo tenía sus propios fantasmas, pensó con ironía, aunque siempre sabía
mantenerlos a raya…
¿Por qué era que desde que había tocado a
Elise la noche anterior, éstos estaban clamando por su atención? Unos ojos
marrón chocolate lo miraban fijamente desde su mente con dolorosa decepción en
el rostro… Bella… Sólo pensar en su nombre lo lastimaba aún, a pesar del tiempo
pasado… -¡Basta!- Le gritó violentamente a su voz interna; y voluntariamente
escogió volver a centrar su atención en la estela aromática que perseguía. Hizo
una profunda inhalación, y cerró de golpe esa parte de su pensamiento mientras
retomaba la marcha.
El
Rêve estaba pronto a ponerse muy ruidoso para cuando llegaron ahí, y luego de
una breve espera, le permitieron ingresar al pequeño grupo. En cuanto entraron,
Elise escudriñó el lugar cuanto pudo, buscándole de nuevo; infructuosamente…
-Quizá llegue más tarde…-, pensó esperanzada y se sentó junto a los demás
mientras ordenaban sus primeras bebidas.
Colgando
de la puerta del club, terminó de percibirse su fresco aroma para él.
En
la calle y fuera de visibilidad, Edward detuvo su paso abruptamente, pareciendo
convertirse en parte del edificio contra el cual se había recargado. Podía
percibir las vibraciones de la música provenientes del club hasta donde estaba
y le preocupó nuevamente internarse en un lugar cerrado y lleno de tantos
estímulos para seguirla. Los humanos alteraban voluntariamente su conciencia en
esos sitios; pero para alguien como él, no tener absoluto control sobre sus
acciones bajo esas condiciones, era completa y terriblemente peligroso.
Estaba
bien alimentado y era lo suficientemente viejo como para tener un accidente,
pero lo que la chica Elise estaba removiendo en su dominio, podría jugarle en
su contra. Quizá sería una muy mala idea adentrarse ahí…
Y
así, tan quieto como estaba, trató de
concentrarse en algo tan imposible, como era el aislar un único latido entre
una multitud de sonidos.
Más
de una hora pasó para él sin percibirla, tan insignificante le era el tiempo;
pero adentro del bar, una Elise removía los hombros con molestia.
¿Por
qué estaba tan de mal humor? Se preguntó ella; si Edward no había aparecido no
debería afectarla tanto. Saberse tan decepcionada por esa ausencia la
desconcertó completamente. Ella no era así, siempre se esforzaba en ver el lado
positivo de la vida y siempre terminaba lográndolo; pero esta vez, simplemente
no podía quitarse el sentimiento de encima.
Haciendo
un nuevo intento por reanimarse, Elise sonrió a sus amigos y se levantó para ir
a la barra en busca de otra copa. Cuando empezó a andar, notó que se sentía
mareada. ¿Acaso se le había subido el alcohol tan rápidamente? Sólo había
tomado un par de bebidas… -Meditó mientras caminaba con paso incierto.- Quizá
era una mala idea tomar algo más.
Se
recargó sobre la larga barra aún escudriñando su sistema mientras esperaba que
el ocupado barman le pusiera atención; e intentó una vez más localizar la
despeinada y broncínea cabellera entre la gente. En vez de eso, descubrió al
final de la barra a Lucca besando, demasiado apasionadamente, a la chica rubia.
Elise
pestañeó varias veces ante la imagen con incredulidad. ¿¡Cómo?!
Ricitos de Oro reía seductivamente cuando terminó el
beso y entre coquetas risas y batir de pestañas se acercó a él y le lamió el
lóbulo lentamente con poca discreción. Lucca se estremeció al acto y se lanzó a
besarla de nuevo mientras la apresaba contra el respaldo de modo muy posesivo.
A nadie parecía importarle que esos dos parecían haberse olvidado donde estaban
y que quizá deberían buscarse una habitación, pero a Elise, la impresión le
provocó un golpe de nausea tan repentino, que casi la hizo vomitar ahí mismo.
Respirando
dificultosamente y aferrada al borde, trató de controlarse. ¿Qué estaba
pasándole? El mareo era peor aún que cuando había caminado y una sensación de
debilidad la invadió agresivamente. Era un
malestar similar a la descompensación producida cuando no te alimentas en demasiado
tiempo y el agobio se volvió tan fuerte, que el viciado aire del lugar le
provocó aún más asco. Necesitaba salir
de ahí, respirar aire puro, y haciendo un gran esfuerzo; se encaminó hacia la
puerta más cercana sin siquiera intentar avisarle a sus amigos lo que sucedía.
Afuera,
el aire fresco no fue de ayuda como lo esperaba. Todo su cuerpo le estaba
diciendo que algo estaba mal y llena de pánico sintió que iba a desmayarse ahí
mismo, sola.
Su
instinto de supervivencia reaccionó de golpe y gracias a ello logró aferrarse a
la idea de no caer en una situación tan peligrosa. Se recargó en la pared y se
deslizó bruscamente contra el piso con las rodillas flexionadas, mientras que
ponía la cabeza entre las piernas, tratando de controlarse a pesar de sentir
como temblaba incontrolablemente por el esfuerzo.
En
medio del desfallecimiento que experimentaba, repentinamente unas manos se le
acercaron al rostro, tomándola por la barbilla. La fría temperatura de éstas,
logró conectarse con su conciencia.
-¡Elise!
¿Estás bien? ¿Qué te sucede?
El
aturdimiento le impidió contestar con coherencia, los labios no obedecían a su
mente y todo lo que salió de ellos fueron palabras a medias.
En
un instante, sintió que ya no estaba en el suelo. La habían levantado en vilo y
la estaban reacomodando de un modo más confortable en una banca de la calle, no
tan cercana al sitio donde ella había llegado inicialmente; algo de lo que no
se dio cuenta hasta mucho después.
Las
manos frías seguían sosteniéndole la cabeza, ayudándole con esa misma temperatura,
a recuperase del colapso poco a poco. Cuando por fin pudo hablar murmuró un agradecimiento,
consciente ya, de quién era su salvador.
-Gra…cias,
Ed…ward…
-Dime
qué tienes Elise, ¿bebiste de más? ¿Quieres ir a un hospital?
-No…
¡No! –la vergüenza la invadió; ¿acaso parecía que estaba borracha? ¡Dios! Y trató
de mirarlo, compungida, en su desorientación.- No, sé, que, es… Me, he sentido,
rara, todo el día… No, bebí, tanto…
Su
expresión de niña perdida lo tomó por sorpresa. Olía a alcohol, tabaco y sudor; y en general, todo su cuerpo emanaba
aromas desagradables impregnados en ella por demasiadas personas y cosas del
lugar donde había estado metida… Pero efectivamente, al poner más atención,
comprobó que su aliento confirmaba que no había sido un exceso, o algo más, lo
que la había puesto así. Entonces… ¿qué era?
-Tranquila,
respira profundamente… ¿En verdad no quieres que te lleve a la clínica?
-No…
No… Dame, tiempo, creo que, ya, está pasando…
Edward
asintió a modo de respuesta, pero se preocupó por los erráticos latidos que escuchaba; su
corazón estaba luchando por regular la sangre en su interior y eso no era
normal. Guardó silencio para no alterarla y siguió sosteniéndola con el mayor
cuidado que le fue posible. Los humanos eran muy frágiles…
Unos
cuantos minutos después y varias pesadas exhalaciones, Elise sintió que por fin
comenzaba a recuperar el control y se reacomodó con bastante vergüenza, en el necesario
apoyo que le ofrecían.
-Ya,
estoy mejor, Edward… Muchas gracias…-E intentó separarse de él para enderezarse
en su abrazo con cuidado.- No tienes idea, lo agradecida que estoy, de que
hayas aparecido, justo en el momento que necesitaba ayuda… En verdad temí, que,
no iba a poder controlarme.
-Ni
lo menciones, por favor. Dime que sucedió, ¿por qué te pusiste así? ¿Acaso
alguien intentó lastimarte?
-¡No!
¡Por Dios, no! Estoy aquí con unos amigos, sólo que, de repente, al ponerme de
pie, me sentí mal… Y bueno, luego, vi algo que, creo me provocó todo esto… No
me lo explico, de otra manera…
-¿Qué
viste? –Su voz sonaba dura, preocupada. Tanto, que a Elise le dio vergüenza
admitir que quizá todo ese drama vivido había sido por la impresión de toparse
a Lucca completamente feliz con otra…. ¿En verdad había sido eso lo que había
sido? ¿Tan ignorante era ella de cuanto le importaba su ex en realidad? No… ¿O
sí?
-¿Elise?
–Volvió a interrogarla firmemente.-
-Bueno…
Es que no lo sé… No creo que…
-Estás
segura conmigo Elise, puedes decírmelo…
La
promesa salió sin pensarla, y mientras terminaba la frase dirigida hacia ella,
se sorprendió por la misma. Su pensamiento, tan veloz, lo miró completamente
incuestionable de la afirmación. Y no le quedó más remedio a Edward que aceptar
que cualquier ulterior intención de alimentarse de la chica, estaba
absolutamente negada para ese momento.
Mientras
que él mantenía todo ese diálogo interno, Elise se ruborizó completamente al caer
finalmente en la cuenta del escenario en el que se encontraba. Desvalida,
rescatada por el adonis que había buscado toda la noche y a punto de decirle
que su ex-novio la había vuelto arcilla nada más mirarlo… Y se sintió aún más
apenada.
-No…
Preferiría pedirte que, por el momento, me concedieras la duda. Yo… Sólo quiero
agradecerte, de verdad, el ayudarme…
Sus
ojos buscaron los de él automáticamente, en un gesto de honestidad; pero al
hallarlos, perdió el habla nuevamente. Él simplemente estaba, perfecto, en toda
su desordenada apariencia. El pelo leonino revuelto, cayendo sobre el rostro
rebeldemente; mientras que las magníficas y pálidas facciones mostraban que era
demasiado hermoso, como para creer que fuese real.
¡Y los ojos…! Los pálidos ojos le hablaban en cientos de idiomas, todos ellos atrayentes, como un conjuro imposible de eludir.
¡Y los ojos…! Los pálidos ojos le hablaban en cientos de idiomas, todos ellos atrayentes, como un conjuro imposible de eludir.
-¿Elise?
-La había deslumbrado. Ella estaba bajo el encanto del depredador. Una presa
fácil… Pero no, no iba a hacerlo. Ya no.- Elise, respira…
Ella
captó la última palabra y obedeció, consciente de que esta vez, el aturdimiento
no era una cuestión de malestar físico; sino de hormonas. El rubor sólo se
incrementó hasta el punto de lo absurdo… Y él sonrió torcidamente al captar
eso… O, al menos, eso creyó ella. Una risa abochornada y nerviosa se le escapó
a Elise, pillada como adolescente embobada. Hubiese sido inútil negar el porqué
la cubría el color borgoña de arriba abajo, así que se encogió de hombros, y
aceptó calladamente su culpa.
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Dejemos hasta aquí
éste segundo encuentro. No sé por dónde
las esté guiando su intuición al leer esto, pero nuevamente les recuerdo que
éste, no es un cuento romántico; al menos, no como lo fue Twilight. Ésta, es
una historia dentro de otra historia, ambas tristes, una más imposible que la
otra.
Aviso de antemano, que
no habrá hombres lobo, ni Vulturis, ni pelirrojas psicópatas. Sólo Edward, y lo
que en mi imaginación, hay detrás de sus ojos.
Cariños: Sissy
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* Capítulo terminado el 14 de Mayo del 2013. Publicado a finales del mismo mes.
Sissyyyyyyyyyy!!!! Please!!!!! Deja un adelanto del capi 3, me encanto esta nueva historia y me deja con muchas ganas de seguir leyendo :D pasa por mi blog www.amanecersoloelcomienzo.blogspot.com
ResponderBorrarhola Sissy me apunte en tu blog y solo paso para reiterarte que me encantan tus historias y sigo a la espera del 3 capitulo de tu nueva historia estoy super intrigada por ver que pasara me encantan tus historias claro te leo en el blog de Coka pero no esta de mas pasar por aqui el fondo que tienes me gusta esa foto de Rob esta super bien saludines y cuidate mucho
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